El Diario, 1959

El mismo Pintor que concluyó a principios de 1959 en la planta baja del nuevo edificio de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos el mural “Historia del Petróleo Boliviano” (14×3 metros), ha sido el silencioso ejecutante de los dos últimos murales también en espacios de más de diez metros cada uno, en la hermosa residencia de modernas líneas arquitectónicas del doctor Guillermo Jáuregui en el barrio de Miraflores, y con los que se cierra el año artístico en este arte mayor.

¿Qué son?

No son ya frescos -mayormente difíciles y en los que es maestro sin par- estos que Solón Romero acaba de realizar como siempre con decoro y suma responsabilidad, sino ducos (piroxilina) con los cuales ha logrado integrar la pintura con la arquitectura.

Los temas desarrollados se refieren, primero a Tunupa, el dios de la mitología aymara, en aquel momento en que cumpliendo un castigo encadenado es lanzado a la deriva en una balsa dentro del Lago Titicaca para que se estrelle contra un roca pero ésta se abre, dando así nacimiento al estrecho de Tiquina. La pintura se halla inspirada en una narración recogida por el investigador Rigoberto Paredes y en su colorido es sobrio y atrayente. El segundo perenniza un evento del Quijote para el que la balaustrada o baranda de la gradería interior sugiere una especie de molino.

Estos murales han sido encargados por el doctor Guillermo Jauregui, profesional de inquietudes renovadoras, muy estimado en los círculos profesionales y universitarios. Es actual Decano de la Facultad de Medicina.

Título original: Solón Romero: los últimos murales de 1959 en la residencia Jáuregui